martes, 13 de julio de 2010

Corrientes filosóficas contemporáneas

FENOMENOLOGÍA

Movimiento filosófico del siglo XX caracterizado por su pretensión de radical fidelidad a lo dado, a lo que realmente se ofrece a la experiencia, para describir los rasgos esenciales, las esencias de las distintas regiones de la realidad que en esta actitud se muestran.

La fenomenología aspira al conocimiento estricto de los fenómenos. Esta última palabra puede inducir a error pues con frecuencia la utilizamos para referirnos a las apariencias sensibles de las cosas, apariencias que no coinciden con la supuesta realidad que debajo de ellas se encuentra. La fenomenología no entiende así los fenómenos, pues para esta corriente filosófica los fenómenos son, simplemente, las cosas tal y como se muestran, tal y como se ofrecen a la conciencia.

El lema de este movimiento es el plegarse a las cosas mismas, el ser fiel a lo que realmente se experimenta, de ahí que propugne la intuición como instrumento funda­mental de conocimiento. La intuición es la experiencia cognoscitiva en la cual el objeto conocido se nos hace presente, se nos muestra “en persona”, experiencia opuesta al mentar o referirse a un objeto con el pensamiento meramente conceptual. A diferencia de las corrientes empiristas, la fenomenología no limita la intuición al mundo perceptual sino que acepta varias formas de darse las cosas, varias formas de intuición: cada objetividad se muestra de distinto modo a la conciencia, en función de su propio ser o esencia: las cosas físicas se hacen presentes a nuestra conciencia de otro modo que los objetos matemáticos, las leyes lógicas, los valores estéticos, los valores éticos, o las propias vivencias. La virtud del buen fenomenólogo es su perfección en el mirar, el saber disponer adecuadamente su espíritu para captar cada tipo de realidad en lo que tiene de propia.

Junto con esta tesis, es común al movimiento fenomenológico la idea de que en el mundo hay hechos, pero también esencias. Los hechos son las realidades contingentes, las esencias las realidades necesarias; la tarea de la fenomenología es descubrir y describir las esencias y relaciones esenciales existentes en la realidad, y ello en cada uno de los ámbitos de interés del filósofo (mundo ético, estético, religioso, lógico, antropológico, psicológico,...). Cuando el fenomenólogo describe lo que ve no se preocupa por el aspecto concreto de lo que ve, intenta captar lo esencial; así, si se preocupa por estudiar la voluntad, no intenta describir los aspectos concretos presentes en un acto voluntario real sino la esencia de la voluntad y sus relaciones esenciales con otros aspectos de la subjetividad como el conocimiento o la libertad. La fenomenología considera que además de la intuición empírica o percepción existe la intuición de las esencias o formas universales de las cosas. La intuición en la que se hace presente lo universal recibe el nombre de intuición eidética.

El tema de investigación más característico de la fenomenología es la conciencia; se entiende por conciencia el ámbito en el que se hace presente o se muestra la realidad; la realidad en la medida en que se muestra o aparece a una conciencia recibe el nombre de fenómeno. La característica fundamental que la fenomenología encuentra en la conciencia es la intencionalidad en el lenguaje ordinario llamamos intencional a la conducta hecha mediante un acto de voluntad, a la conducta deliberada; en fenomenología la intencionalidad es una propiedad más básica: se refiere al hecho de que toda conciencia es conciencia de algo, todo acto de conciencia es siempre una relación con otra cosa, un referirse a algo. La conciencia no se limita al conocimiento: puedo conocer un árbol, puedo percibirlo o pensar en él, pero también puedo vincularme con él mediante otros modos de conciencia: puedo desear estar a su sombra, o imaginarlo con más hojas que las que tiene, o temer que se pueda secar, y tal vez hasta lo puedo amar u odiar. La percepción, el recuerdo, la imaginación, el pensamiento, el amor, el odio, el deseo, el querer, son distintas formas de darse el vivir de la conciencia. Una importante tarea de la fenomenología es la descripción de los tipos distintos de vivencias, de sus géneros y especies, y de las relaciones esenciales que entre ellas se establecen.

La fenomenología no es un movimiento homogéneo pues se han dado distintas interpretaciones, tanto en la caracterización del auténtico método fenomenológico como en las tesis doctrinales en las que hay que concluir; las dos variantes principales son la fenomenología realista para la que los fenómenos conocidos son reales e independientes de nuestra mente, y la fenomenología trascendental, un nuevo idealismo para el cual la realidad es una consecuencia de los distintos modos de actuación de la conciencia pura o trascendental. El fundador de este movimiento es Edmund Husserl (1859-1938), y los representantes más importantes Alexander Pfänder (1870-1941), Max Scheler (1874-1928), Dietrich von Hildebrand (1890-1978), Martin Heidegger (1889-1976), Jean-Paul Sartre (1905-1980) y Maurice Merleau-Ponty (1908-1961).

EXISTENCIALISMO
Movimiento filosófico del siglo XX que pone en la existencia el centro de toda la reflexión filosófica.

Cuando los filósofos que se incluyen en este movimiento reivindican la reflexión sobre la existencia como el tema filosófico fundamental no se refieren a la existencia como categoría abstracta, ni a la existencia de las cosas o realidades no humanas, se refieren a la existencia humana concreta. Y en su tratamiento de esta existencia emplean dos estrategias:

como método filosófico, rehuyen el pensamiento especulativo, la construcción de teorías filosóficas a partir de puros conceptos, y prefieren el método fenomenológico, entendido básicamente como fidelidad absoluta a lo dado, a lo realmente experimentado, como descripción de lo que se ofrece inmediatamente en la esfera de la vida; su actitud contraria a los enfoques abstractos de lo humano les lleva también a criticar el uso de la razón matematizante para la comprensión de la realidad humana, y por lo tanto a recelar de la ciencia y de la técnica;

en cuanto a las facetas fundamentales de la existencia objeto de su interés, atienden básicamente a la dimensión de la finitud en el mundo humano: la temporalidad, la muerte, la culpa, la fragilidad de la existencia, la responsabilidad, el compromiso, la autenticidad, la subjetividad, la libertad,...

El existencialismo comienza en el período de entre guerras y tiene su máximo momento de esplendor tras la segunda guerra mundial, particularmente en Francia. Es habitual señalar a Søren Kierkegaard (1813-1855) como un precursor de esta corriente; el propio Jean-Paul Sartre (1905-1980), en su obra “El existencialismo es un humanismo”, destaca dos versiones en este movimiento:

el existencialismo católico: Karl Jaspers (1883-1969) y Gabriel Marcel (1889-1973);

el existencialismo ateo: en donde sitúa a Martin Heidegger (1889-1976) y a su propia filosofía.

En la citada obra, Sartre atribuye a su versión del existencialismo los siguientes rasgos:

1.Tesis fundamental: es un ateísmo consecuente; puesto que Dios no existe, no existe la naturaleza humana; el hombre no tiene esencia o naturaleza, es lo que él mismo se ha hecho; en el la existencia precede a la esencia.

2. El hombre es un proyecto que se vive subjetivamente: lo que mueve a las personas son sus proyectos, su preocupación por la realización de su ser; pero estos proyectos y los ideales involucrados en ellos, no existen previamente a su decisión de realizarlos, no están trazados previamente por un destino, una naturaleza o una tabla de valores objetivos.

3. El hombre es responsable de sí mismo y de todos los hombres: somos responsables de nosotros mismos porque lo que somos depende de lo que hemos querido ser, no de un destino divino, ni de una circunstancia social, ni de una predisposición biológica o natural; pero somos también responsables de los demás porque al elegir unos valores, elegimos una imagen del hombre tal y como debe ser; “nuestra acción compromete a la humanidad entera”.

4. La libertad humana trae consigo los sentimientos de angustia, desamparo y desesperación. Angustia ante el hecho de que es uno mismo el responsable de sí mismo y de los demás; desamparo porque la elección se hace en soledad, no existe una tabla de valores en la que apoyarse, ni ningún signo que nos indique la conducta a seguir, es preciso inventarse la moral; y desesperación porque no es posible un control completo de la realidad en la realización del proyecto, porque siempre hay que contar con factores imprevistos, con la posibilidad de que se truequen nuestras buenas intenciones en malos efectos.

5. Es una doctrina de la acción, contraria al quietismo: para el existencialismo sólo hay realidad en la acción, el hombre existe en la medida en que se realiza, es el conjunto de sus actos y nada más. Este pensamiento tiene dos caras: por un lado es duro para aquellas personas descontentas con lo que son, para los que no han triunfado en la vida; estas personas pueden engañarse diciendo que en realidad el conjunto de sus actos no muestra su auténtica valía, diciendo que hay en ellos capacidades, talentos o disposiciones desaprovechadas, que el mundo les ha impedido dar de sí todo lo que realmente son. Pero, por otro lado, esta doctrina es optimista pues declara que el destino de cada uno de nosotros está en nuestra mano y nos predispone a la acción, a no vivir de sueños, de esperanzas, a dejar de lado nuestra miseria y realizar nuestro proyecto: el héroe no nace héroe, se hace héroe; si se es cobarde es como consecuencia de una decisión, no porque fisiológicamente o socialmente se esté predispuesto para ello; el cobarde se hace cobarde, pero hay siempre para el cobarde una posibilidad de no ser por más tiempo cobarde, como para el héroe la de dejar de ser héroe.

6. Es una doctrina que reivindica la intersubjetividad: aunque parte del cogito como la verdad indudable, no defiende el aislamiento de la subjetividad, pues considera que sólo en el trato con el otro, en el reconocimiento que el otro hace de nuestro ser, en la presencia de su mirada, sólo así nos hacemos conscientes de nuestro propio ser, de nuestra propia realidad.

7. Frente a la noción de “naturaleza humana” defiende la existencia de la “condición humana”: aunque no existe una esencia común a todos los hombres, Sartre cree que sí se puede hablar de ciertos rasgos formales y universales que permiten la identificación de la humanidad como un todo y el reconocimiento y comprensión del proyecto de cada individuo y de cada cultura; la libertad, la indigencia de la existencia, la sociabilidad, son estructuras antropológicas que desvelan la condición humana.

8. Es una doctrina que permite el compromiso moral y la crítica de la conducta inauténtica: aunque los valores se inventan, no todos tienen el mismo valor, pues algunas elecciones están fundadas en el error y otras en la verdad; la conducta de mala fe, por ejemplo, se basa en el error, en el error de excusarse en las pasiones, en el determinismo, en el destino, o el error de declarar ciertos valores como existentes de modo objetivo e independiente de mi voluntad. La actitud auténtica es la de buena fe, la de aquél que asume la responsabilidad completa de su acción y situación, la de aquél que tiene como lema moral la realización de la libertad propia y ajena.

9. Para el existencialismo el mundo, la vida, no tiene un sentido a priori: declara que Dios no existe, por lo que la vida misma carece de sentido; sólo se puede hablar del sentido que cada uno le da, de los valores que cada uno inventa.

10. El existencialismo es un humanismo: pero no un humanismo que valore a la humanidad por la excelencia de alguno de sus miembros, ni por la supuesta bondad de la humanidad en su conjunto; es un humanismo por declarar que no hay otro legislador que el hombre mismo, por afirmar la libertad y la necesidad de trascender la situación, de superarse a sí mismo, por reivindicar el ámbito de lo humano como el único ámbito al que el hombre pertenece.

Filosofía Contemporánea

FILOSOFIA CONTEMPORANEA
1.CARACTERÍSTICAS DE LA ÉPOCA
La Revolución Francesa rompe con el antiguo Régimen y a partir de este momento podemos hablar de época contemporánea. Esto supone el fin del feudalismo y de los estamentos. Comienza entonces el establecimiento de nuevas clases sociales como la burguesía, que cobrará mucha importancia incluso se hizo con el poder. También se comienzan a tener en cuenta los Derechos Humanos.
Cabe destacar también la figura de Napoleón que dentro de esta época, tuvo bastante repercusión. Creo el imperio napoleónico, transformando así el mapa europeo.
Otro hecho destacable es la independencia de América Latina.
Uno de los hechos más decisivos, históricamente hablando, del cambio político, social, económica y cultural es la Revolución Industrial en Inglaterra y la industrialización de los países en los que hizo eco dicha Revolución, sin embargo muchos de los que no siguieron esta pauta son los ahora denominados países tercer mundistas.
No olvidemos mencionar las Revoluciones obreras en Europa en el siglo XIX, las de 1830 y 1848.
La expansión colonial europea del siglo XIX, también denominado Imperialismo Europeo es otro de los hechos destacables. La colonización europea se tradujo siempre en explotación económica, racismo y represión política y cultural, pero también dio lugar a otros fenómenos de índole muy distinta que arrastraron a los pueblos dominados a escapar finalmente de la tutela extranjera y a recuperar la soberanía perdida. Este proceso se denomina descolonización y supone el despertar de Asía: Japón, China e India.
Muy importantes en el desarrollo de conflictos sociales fueron las dos guerras mundiales y la revolución rusa, dando paso a situaciones tensas entre socialismo y capitalismo. La tensión entre ambos bloques desembocó en la caída del socialismo soviético.
Todos estos acontecimientos han dado lugar a una serie de transformaciones en todos los aspectos, en el ámbito, social, ideológico, cultural, económico... aunque no todos los países han evolucionado por igual. Podría decirse que en occidente es donde más repercusión han tenido estos cambios.
En el ámbito filosófico estos hechos han desembocado en unas nuevas líneas de pensamiento que han evolucionado acordes al desarrollo de ciertos acontecimientos a la contra de estos o a favor de sus principios.
2. PRINCIPALES MOMENTOS Y AUTORES DE LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA.
2.1. MARXISMO
Marxismo, doctrina y teoría social, económica y política basada en la obra de Karl Marx y sus seguidores, indisolublemente unida a dos ideologías y movimientos políticos: el socialismo y el comunismo.
Marx pretendía desvelar las leyes inherentes al desarrollo del capitalismo. Creía que cada época histórica se caracterizaba por un modo de producción específico que se correspondía con el sistema de poder establecido y, por lo tanto, con una clase dirigente en perpetuo conflicto con una clase oprimida. Así, la sociedad medieval estuvo caracterizada por el modo de producción feudal, en el que la clase poseedora de la tierra obtenía una plusvalía del campesinado que trabajaba aquélla. Las sucesivas transiciones del sistema de esclavitud al feudalismo, y del feudalismo al capitalismo, se produjeron cuando las fuerzas productivas (es decir, los grupos relacionados con el trabajo y los medios de producción como las máquinas) no podían seguir desarrollándose con las relaciones de producción existentes entre las distintas clases sociales. Así, la crisis que afectó al feudalismo cuando el capitalismo necesitaba una creciente clase trabajadora conllevó la eliminación de las bases legales e ideológicas tradicionales que ataban a los siervos a la tierra.
2.2. HISTORICISMO Y VITALISMO
a) Historicismo. Tendencia intelectual a reducir la realidad humana a su historicidad o condición histórica.
La tesis central de Popper consiste en que el historicismo proviene de un punto de partida erróneo en su planteamiento, y falaz en sus implicaciones: la certeza de que la evolución humana puede ser objeto de predicción mediante el descubrimiento de ritos, modelos, leyes o tendencias que supuestamente gobernarían su curso. El historicismo cree descubrir leyes históricas inexorables. Pero como el curso de la historia humana está fuertemente influido por el crecimiento de los conocimientos y no podemos predecir por métodos racionales o científicos el crecimiento futuro de nuestros conocimientos, la creencia en un destino histórico es pura superstición, ya que no puede haber predicción del curso de la historia humana.
Además para el enfoque historicista el hombre individual aparece como un instrumento casi insignificante dentro del tablero general del desarrollo humano, ya que los actores realmente importantes en el escenario histórico son o bien las Grandes Naciones y sus Grandes Líderes, o bien quizás las Grandes Clases, o las Grandes Ideas. De esta manera interpretando el significado global, se podría predecir las evoluciones futuras de la
humanidad y asentado así en una base sólida suministrar consejos prácticos acerca de las
decisiones políticas que pueden tener éxito o que están destinadas al fracaso El historicismo
pretende proporcionar una presciencia política con validez científica acerca de lo que
vendrá, del futuro de la sociedad.
Las figuras paradigmáticas del historicismo son Popper, Hegel y Marx, y con antecedentes remotos en la Antigüedad : Heráclito y Platón.
b) Vitalismo. El vitalismo se caracteriza porque es una forma de irracionalismo, es decir, que niega la primacía de la razón en la Naturaleza y en las actividades humanas.
El vitalismo hace de un principio vital el principio explicativo de la vida o que afirma la irreductibilidad de la vida a toda materia.
La filosofía vitalista tiene como primera distinción de las filosofías tradicionales entender la realidad como proceso. Sin hacer metafísica tratan del ser en devenir, es decir, son herederos de Heráclito. En lo antropológico la libertad es no sólo característica de la voluntad, sino esencia del ser hombre. Además se abandona el concepto tradicional de razón (abstracta, especulativa o científica) para considerar la razón como vital o histórica.
El vitalismo marchará paralelo a otra corriente filosófica que coincide con él en estas características y en la crítica a las filosofías predominantes del sg. XIX (idealismo y positivismo). Ésta es el historicismo, cuyo principal representante es Dilthey.
El vitalismo tiene dos principales manifestaciones. La primera de carácter científico cuyo principal portavoz es Hans Driesch, según la cual es reacción contra el mecanicismo materialista que propugna la reductibilidad de lo vivo a los procesos físico-químicos de la materia inerte. Postula la existencia necesaria de un principio vital ajeno a la materia que explica los complicados fenómenos de lo viviente. La segunda manifestación es de carácter filosófico, y es la que propiamente se llama vitalismo o filosofía de la vida. A ésta se debe que la filosofía consiguiera alejarse de las "intromisiones científicas" sobre todo de las físicas; precisamente por remarcar el carácter diferenciado de las realidades vitales no susceptibles de un tratamiento sólo matemático. También se debe al vitalismo la reacción contra el racionalismo exagerado que supuso el idealismo alemán posterior a Kant. Por estas razones exaltan los vitalistas lo siguiente:
• La vida como realidad radical.
• Ontológicamente, la vida es lo sustancial del hombre.
• Gnoseológicamente, conocer la realidad prescindiendo del razonamiento y utilizando la vivencia, la intuición que simpatiza con lo que quiere conocer (más que razonar sobre las cosas hay que tener experiencias vitales de ellas o con ellas).
• Axiológicamente (filosofía de los valores) no hay otro criterio para jerarquizar los valores, que determinan qué es lo bueno y lo malo, más que la vida.
No debemos entender el concepto vida únicamente como el proceso biológico que se desarrolla durante un período de tiempo afectando a lo animal en el hombre, sino más bien del modo más amplio posible.
Los principales filósofos serán Henry Bergson (desarrolla su labor en el sg. XX), y el precursor Shopenhauer, que sin ser propiamente vitalista fue el contemporáneo de Hegel que más radicalmente se opuso a su filosofía, hasta su muerte en 1861.
2.3.FENOMENOLOGÍA.
Fenomenología, movimiento filosófico del siglo XX que describe las estructuras de la experiencia tal y como se presentan en la conciencia, sin recurrir a teoría, deducción o suposiciones procedentes de otras disciplinas tales como las ciencias naturales.
La fenomenología ha tenido una influencia creciente sobre el pensamiento del siglo XX. Se han desarrollado interpretaciones fenomenológicas de teología, sociología, psicología, psiquiatría y crítica literaria, y la fenomenología sigue siendo una de las escuelas más importantes de la filosofía actual.
Edmund Husserl, Martin Heidegger, Jean-Paul Sartre, Maurice Merleau-Ponty.
2.4. EXISTENCIALISMO
Existencialismo, movimiento filosófico que resalta el papel crucial de la existencia, de la libertad y de la elección individual, y que gozó de gran influencia en distintos pensadores y escritores de los siglos XIX y XX.

Debido a la diversidad de posiciones que se asocian al existencialismo, el término no puede ser definido con precisión. Se pueden identificar, sin embargo, algunos temas comunes en todos los autores existencialistas. El término en sí mismo sugiere uno principal: el énfasis puesto en la existencia individual concreta y, en consecuencia, en la subjetividad, la libertad individual y los conflictos de la elección.
Platón, Sören Kierkegaard, Friedrich Nietzsche.
2.5.NEOPOSITIVISMO Y LA FILOSOFÍA ANALÍTICA.
a) Neopositivismo. En los años que transcurren entre las dos guerras, la reflexión sobre el método científico recibe un impulso decisivo. Durante ese período el centro principal de la filosofía de la ciencia fue la universidad de Viena, donde un grupo de científicos filósofos -reunidos en torno a Moritz Schlick- dieron vida al Círculo de Viena (el Wiener Kreis). El pensamiento de los miembros del círculo se conoce con el nombre de "neopositivismo" o "positivismo lógico", y se caracteriza por una actitud decididamente antimetafísica y por toda una serie de profundos análisis de gran relevancia acerca del lenguaje, la estructura y los métodos de las ciencias naturales, y los fundamento de la matemática.
La llegada de Hitler al poder comportó el final del Círculo de Viena.
b) Filosofía analítica, movimiento filosófico surgido en el siglo XX, principalmente en el Reino Unido y en Estados Unidos después de la II Guerra Mundial, que trata de aclarar el lenguaje y analizar los conceptos expresados en él. Ha recibido diversas denominaciones, como análisis lingüístico, empirismo lógico, positivismo lógico, análisis de Cambridge y filosofía de Oxford. Las dos últimas derivan de la especial influencia que tuvo en la Universidad de Cambridge y en la Universidad de Oxford. Aunque el movimiento no acepta ninguna doctrina o teoría específica de forma unánime, los filósofos analíticos y del lenguaje están de acuerdo en que la actividad propia de la filosofía es aclarar el lenguaje o, como prefieren algunos de ellos, esclarecer conceptos. El objeto de su actividad es resolver los problemas filosóficos, los cuales, afirman, se originan en la confusión lingüística.
Algunos diálogos de Platón (de forma muy específica, Crátilo, dedicado al lenguaje) están destinados a aclarar términos y conceptos. Sin embargo, esta forma filosófica de reflexión cobró un énfasis renovado durante el siglo XX. Influidos por la tradición empírica británica (de John Locke, George Berkeley, David Hume y John Stuart Mill) y por los escritos del matemático y filósofo alemán Gottlob Frege, los pensadores ingleses George Edward Moore y Bertrand Russell se erigieron en fundadores del movimiento filosófico analítico. Compañeros en Cambridge, Moore y Russell rechazaron el idealismo hegeliano expuesto en la obra del metafísico inglés Francis Herbert Bradley, quien mantenía que nada es real por completo excepto lo absoluto. Su oposición al idealismo y su concepción de que la atención esmerada al lenguaje es crucial en la investigación filosófica, se convirtieron en las principales características de la filosofía anglosajona durante gran parte del siglo XX.
2.6.HERMENÉUTICA.
Hermenéutica, arte de interpretar textos para fijar su verdadero sentido. En un principio se utilizó en el estudio de la teología y se aplicó específicamente a la interpretación de las Sagradas Escrituras, pero su uso se ha ampliado desde el siglo XIX hasta abarcar las teorías filosóficas del significado y la comprensión, así como las teorías literarias de la interpretación textual.

Los teóricos de la hermenéutica del siglo XIX, como Friedrich Schleiermacher y Wilhelm Dilthey, entendían la comprensión como un proceso de reconstrucción psicológica, es decir, de reconstrucción, por parte del lector, de la intención original del autor. En este sentido, el texto es la expresión de los sentimientos de su autor y los intérpretes deben intentar ponerse en el lugar del autor para revivir el acto creador.

El problema de esta concepción es principalmente su exceso de fe en el género humano: presupone que todo el mundo tiene la misma capacidad para superar las dificultades que entraña todo proceso de comprensión. Se basa en la creencia de que es posible alcanzar una única correcta. Sin embargo, una visión algo más escéptica de la interpretación sostiene que no hay razones fundadas para emitir un juicio y por lo tanto se corre el riesgo de hundirse en la ciénaga del subjetivismo y el relativismo (el descubrimiento de que el conocimiento no es absoluto). El filósofo alemán Martin Heidegger y su discípulo Hans-Georg Gadamer describían este dilema como un círculo hermenéutico, en alusión al modo en que la comprensión y la interpretación, la parte y el todo, se relacionan de manera circular: para comprender el todo es necesario comprender las partes, y viceversa. Tal es la condición de posibilidad de toda experiencia y toda investigación humanas.
2.7.TEORÍA CRÍTICA (ESCUELA DE FRANKFURT).
Según Ritzer, la teoría crítica es el producto de un grupo de neomarxistas alemanes que se sentían insatisfechos con el estado de la teoría marxista y, en particular, con su tendencia hacia el determinismo económico.
La Escuela de Frankfurt fue fundada oficialmente el 23 de febrero de 1923, en Frankfurt, Alemania, como Instituto de Investigación Social (Instituto für Sozial Forschung), institución cultural independiente aunque asociada a la Universidad de Frankfurt, creada en los años veinte por un grupo de intelectuales burgueses ideológicamente marxistas, pero no militantes de ningún partido. Con la llegada al poder de los nazis en la década de los años treinta, sus principales figuras emigraron de Frankfurt a Nueva York en un instituto asociado a la Universidad de Columbia, para reestablecerse finalmente en Europa, en los años 50. Fue innovadora al inaugurar una dirección nueva para la investigación. Rechazando la posibilidad de un positivismo marxista, los miembros de esta escuela han tratado de desarrollar una "teoría crítica" de la sociedad.
Dagman y Pahre, haciendo presente la hibridación y recombinación de disciplinas científicas que caracteriza a algunas escuelas de ciencias sociales, permiten conocer a los principales exponentes de la Escuela de Frankfurt mostrando la variedad disciplinaria que los inspira. Casi todas las grandes figuras de la Escuela de Frankfurt han retomado varias disciplinas formales: Max Horkheimer (filosofía, sociología y psicología social), Theodor Adorno (filosofía, sociología, psicología, crítica cultural y musicología), Erich Fromm psicoanálisis y psicología social, y Franz Neumann y Otto Kirchheimer (ciencia política y derecho); y lo mismo puede decirse de la segunda generación de la escuela de Frankfurt, que incluye entre otros a Arkadij Gurland (economía y sociología), Jürgen Habermas (filosofía, sociología, filosofía lingüística y filosofía de la ciencia) y Claus Offe (ciencia política y sociología). Estos investigadores escaparon de la esterilidad característica de numerosos marxistas mediante la búsqueda de inspiración fuera del marxismo.
La escuela adopta la forma de crítica, pero su meta última es revelar con mayor precisión la naturaleza de la sociedad. La crítica a la que hace mención su nombre, presenta varias vertientes: la primera consiste en la crítica de la sociedad occidental capitalista y consumista contemporánea, y la segunda, en la de las ciencias sociales, especialmente de la sociología norteamericana imperante de tipo empirista y positivista. Por su parte Ritzer agrega la presencia de una crítica a la teoría marxista, del positivismo, de la sociología, de la sociedad moderna y de la cultura.
La investigación social propuesta por la teoría crítica se propone como teoría la sociedad investigada como un todo, por lo que rechaza los intentos de crear sociologías especializadas en sectores de la sociedad, por encontrarse desviadas de la comprensión de la sociedad como totalidad interrelacionada. Ritzer, citando a Friedman dice que la Escuela de Frankfurt centró focalmente su atención en el reino cultural, apuntando sus críticas hacia lo que sus teóricos denominaban la "industria de la cultura", hacia las estructuras racionalizadas y burocriatizadas (por ejemplo, las cadenas de la televisión) que controlan la cultura moderna, preocupación que refleja un mayor interés por el concepto marxista de "superestructura" que por los elementos económicos. La industria de la cultura que produce lo que convencionalmente se ha denominado una "cultura de masas", se define como "una cultura manipulada... falsa, no espontánea y opuesta a la verdad"
3. GLOSARIO DE TÉRMINOS Y EXPRESIONES.
3.1. Marxismo.
Socialismo, término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los principios del capitalismo.
Comunismo, ideología política cuya principal aspiración es la consecución de una sociedad en la que los principales recursos y medios de producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos.
Capitalismo, sistema económico en el que los individuos privados y las empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y los mercados.
Producción, en Economía, creación y procesamiento de bienes y mercancías, incluyéndose su concepción, procesamiento en las diversas etapas y financiación ofrecida por los bancos.
Plusvalía, rasgo definidor del intercambio de mercancías en el sistema capitalista. Se genera en el proceso de trabajo, al ser retribuido el trabajo sólo por lo que cuesta reponerlo (salario), mientras que el valor de lo producido es mayor que el salario pagado.
Esclavitud, estado social definido por la ley y las costumbres como la forma involuntaria de servidumbre humana más absoluta.
Feudalismo, sistema contractual de relaciones políticas y militares entre los miembros de la nobleza de Europa occidental durante la alta edad media.
3.2. Historicismo y Vitalismo.
Evolución humana, serie de transformaciones sucesivas que han experimentado los seres humanos en el transcurso del tiempo.
Leyes históricas, relación necesaria que enlaza entre sí fenómenos históricos; regla constante que expresa esta relación.
Irracionalismo, filosofía del conocimiento que no se basa en la razón sino en la revelación o en la experiencia.
Naturaleza, realidad física que existe independientemente del hombre.
Devenir, término empleado primeramente por Heráclito, que afirma el continuo movimiento. “Todo cambia, nada permanece”.
2.3. Fenomenología.
Experiencia, conocimiento que se adquiere por la práctica.
Conciencia, conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, de sus estados, de sus actos y de las cosas.
2.4. Existencialismo.
Existencia, para el pensamiento clásico, acto cuya potencia es la esencia, para el pensamiento contemporáneo, modo de ser característico del hombre.
Libertad, capacidad de autodeterminación de la voluntad, que permite a los seres humanos actuar como deseen. En este sentido, suele ser denominada libertad individual.
3.5. Neopositivismo y la Filosofía analítica
Antimetafísica, -meta: más allá; -fisis: física. Contrario a metafísica, no existe nada más allá de lo puramente físico.
Lenguaje, medio de comunicación entre los seres humanos a través de signos orales y escritos que poseen un significado. En un sentido más amplio, es cualquier procedimiento que sirve para comunicarse.
Analítico, que procede por vía del análisis. Descomponiendo las sustancias en sus principales componentes.
Idealismo, teoría de la realidad y del conocimiento que atribuye un papel clave a la mente en la estructura del mundo percibido. A lo largo de la historia de la filosofía se pueden distinguir diferentes aplicaciones y definiciones.
3.6. Hermeneútica.
Teología, disciplina que trata de expresar los contenidos de una fe religiosa presentados como un conjunto coherente de proposiciones. La palabra se emplea para referirse a la fe cristiana aunque en algunos casos se utilice por analogía para referirse a otros credos, pero fue el cristianismo el que le otorgó su significado actual.
Interpretación, acción de interpretar, explicar el sentido de una cosa, y principalmente el de textos.
Relativismo, doctrina que sostiene la relatividad del conocimiento.
Subjetivismo, doctrina o actitud que sólo admite la realidad subjetiva del sujeto pensante.
3.7. Teoría crítica
Superestructura, conjunto del aparato estatal y de las formas jurídicas, políticas, ideológicas y culturales de una sociedad.
Cultura de masas, conjunto de los hechos ideológicos comunes a una gran masa de personas consideradas al margen de las distinciones de estructura social, difundidos en su seno por medio de técnicas industriales.
Manipulación, acción y efecto de manipular, intervenir de forma escrupulosa en la política, la sociedad, etc. para servir intereses propios.